domingo, 27 de febrero de 2011

Una casa singular que desaparecerá

Estado actual (antes del inicio de la demolición)
En la Plaza del Sagrado Corazón (antigua Plaza Nueva) de Beas de Segura pasa desapercibida una casa deshabitada situada al frente conforme subimos desde la Calle de la Feria; pero aquellas personas curiosas que se fijan en los detalles rápidamente se dan cuenta de que no es una casa cualquiera. Si observamos con detenimiento su fachada veremos que a los lados del dintel de la puerta hay algo parecido a dos escudos apenas perceptibles por las capas de cal que los cubren. Pues bien, fíjense bien en sus detalles, échenles fotos o guárdenlos en su memoria, porque dentro de un par de días esa casa dejará de existir, y puede pasar a formar parte del triste catálogo de destrucción del patrimonio de nuestro municipio. 

Lo que sabemos del Puente Mocho

La primera sensación que ofrece el Puente Mocho es la de ser una obra extraña. Por un lado, el cauce principal del río Guadalimar es atravesado por cuatro arcos de de medio punto, dos de mayor tamaño y dos de menor, a modo de aliviaderos para reducir la superficie que el muro opone a la corriente. Para realizar la cimentación se han aprovechado los estratos de roca que afloran y el paramento externo es de sillería relleno de mortero; los arcos de medio punto se realizan con sillares; la plataforma tiene una doble pendiente, denominada “lomo de asno”, y una anchura de cuatro metros y medio. Por otro lado, el cauce secundario del río es salvado por un segundo tramo del puente con algunas diferencias en cuanto a las soluciones constructivas respecto al primero, como que los dos arcos de medio punto que lo componen están cimentados sobre una primera hilada de sillares tumbados. Estos tramos no están situados en línea, sino que son unidos por una pasarela que se adapta al terreno por una plataforma (sobre la que aguas arriba se sitúa un molino moderno en ruinas), que separa el cauce principal del secundario. Por lo tanto el puente se transforma en este segmento en una mera pasarela elevada sobre el terreno que une, haciendo una inflexión, ambos tramos.